El sistema electoral español no tiene segunda vuelta. Tiene su propio sistema para machacar minorías, que es la regla D'Hont y el sistema de circunscripciones. De todas formas el sistema proporcional puro también da problemas, como en Italia. Pero ese no es el objeto de este artículo.
En Andalucía parece que hay personas que echan de menos esa segunda vuelta, y han escogido como banco de pruebas los sufridos centros educativos públicos, que ya bastante tenían con lo suyo. Aprovechando presuntos agravios reales o imaginarios han aprovechado la Orden que desarrolla en Plan de Calidad y mejora de los rendimientos escolares para dar patadas en espinillas equivocadas. Las propias espinillas, en concreto.
Siempre se ha criticado, y con razón, que el esfuerzo que supone poner en marcha, gestionar y dar clase en un centro TIC, o bilingüe u organizar una biblioteca escolar no estuviera remunerado ni bien ni mal. Y estamos hablando entre otras cosas de formación fuera del horario laboral, de cambios importantes en la manera de trabajar, de un esfuerzo adicional en definitiva.
Algo que desde fuera del ámbito educativo resulta impensable ¿cómo puede ser que alguien se meta en semejantes berenjenales sin obligación y sin que le paguen más? Nadie lo entiende. Bien es verdad que la "retribución" viene dada por las mal llamadas "reducciones horarias", pero esa es otra historia que merece capítulo aparte.
Al contrario que otros planes propuestos por la Consejería de Educación a los centros educativos, el Plan de Calidad sí incluye incentivos económicos para el profesorado que lo ponga en práctica. Se podría pensar que la Consejería de Educación ha aprendido de antiguos errores, lo cual sería de agradecer, pero la acogida no parece ser la esperada. El profesorado vota hasta el día 31 pero el clima en el que se desarrollan las votaciones, quizás contagiado del que ha habido en las recientes elecciones, no es el más adecuado. La Consejería, evidentemente, se ha equivocado al escoger las fechas.
Pero se trata de desdramatizar. No hay que olvidar que se trata de una convocatoria anual y seguro que el curso próximo cambiarán las cosas y muchos de los que ahora votan "no" invertirán el sentido de su voto. Y si no, al tiempo.
Quizás sea necesario redefinir el papel del profesorado en esta sociedad pero este no es el momento ni el método ni la ocasión.
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