jueves, 6 de marzo de 2008

Educación para la Ciudadanía

Desde hace algún tiempo hay montado mucho ruido - interesado - en torno a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Parece que por lo pronto ha servido para que algunos padres recuerden que la educación de sus hijos es también responsabilidad suya, con lo que, si sólo fuera por ello, ya podríamos dar por bien empleada la polémica.

Lo malo es que los, por llamarlos de alguna manera, argumentos empleados en contra no resisten el más mínimo análisis y se basan, en el mejor de los casos, en pre-juicios y desinformación.

Los contenidos de la asignatura son públicos y cualquiera que tenga un mínimo de interés los puede leer en http://www.mec.es/mecd/gabipren/documentos/files/ciudadania.pdf, donde además hay un enlace al BOE. Y esto es lo que hay, y lo demás son opiniones.

La sociedad, y el Estado que la representa en la democracia, tiene la OBLIGACIÓN de que los valores democráticos, que esos y no otros son los contenidos que se proponen, sean asumidos por todos, y qué mejor sitio que la escuela para que ello empiece a ser así.

¿Qué contenidos de la asignatura son los que ofenden con tal virulencia a estos objetores? "¿el reconocimiento de la dignidad de todas las personas?" ¿o tal vez "la asunción de las propias responsabilidades"? Debe ser entonces tratar el "respeto, tolerancia, solidaridad, justicia, igualdad, ayuda mutua, cooperación y cultura de la paz". O que "permite proporcionar elementos para identificar y rechazar situaciones de marginación, discriminación e injusticia social".

Si estas personas se oponen a que sus hijos sean educados en estos valores, será porque los suyos propios son los contrarios. Me da miedo pensar en cuáles deben ser.

Por supuesto que una democracia debe tolerar y amparar todos los pareceres y opiniones, incluso los antidemocráticos, aun teniendo por seguro que si la situación fuera distinta los antidemócratas no serían tan tolerantes. Pero la sociedad democrática no puede hacer dejación de funciones y debe intentar que los valores democráticos, que son los de la mayoría, sean por lo menos conocidos por la totalidad de la población.

La sociedad, y el Estado que es su representante tiene el derecho y el deber de establecer qué se enseña en las escuelas. Y la Constitución debe ser materia de estudio. Aunque se pueda estar en contra, no por eso se debe dejar de conocerla. Y es precisamente en esa invocada Constitución dode se afirma (artículo 27, apartado 2º): "la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales".

Es curioso que los que se dicen defensores de la Constitución cuando les interesa, luego presenten objeciones cuando se pretende que los valores constitucionales sean enseñados en las escuelas ¿en qué quedamos, estamos a favor o en contra de la Constitución?

Estamos ante la falsa dicotomía, parafraseando a Fernando Savater, Ciudadanos/Feligreses. La segunda condición, la de feligrés, es opcional. La primera, la de ciudadano, no.

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