Uno de los peores errores que se pueden cometer es infravalorar al adversario, y como tal se puede considerar a un gobierno que desde el primer momento de su andadura se ha mostrado como el mayor enemigo del mal llamado estado del bienestar, que mejor se debería denominar como estado de la justicia social.
Al final ha resultado que los brutales recortes realizados en las políticas sociales no han servido para calmar la voracidad de "los mercados". O lo que es lo mismo, que estos no se han dejado engañar cuando el gobierno español decía que estaba colocando parches porque en realidad sabían perfectamente que no lo estaba haciendo en el agujero verdadero.
Al final ha resultado que los brutales recortes realizados en las políticas sociales no han servido para calmar la voracidad de "los mercados". O lo que es lo mismo, que estos no se han dejado engañar cuando el gobierno español decía que estaba colocando parches porque en realidad sabían perfectamente que no lo estaba haciendo en el agujero verdadero.
Que los mercados no se caracterizan por su candidez debería ser conocido por personajes como el ministro de Guindos, en otro tiempo ejecutivo de Lehman Brothers, un banco de inversión que por otra parte tampoco era un ejemplo de buenas prácticas bancarias.
Entonces cabe pensar que el verdadero objetivo de los recortes no era equilibrar las cuentas públicas, como este gobierno ha repetido hasta la saciedad, puesto que en realidad estaban mucho menos desequilibradas que las de otros países y cuyo auténtico factor de riesgo no estaba en la deuda pública sino en la deuda de los bancos y en su falta de liquidez.
Por tanto la Educación, la Sanidad, los dependientes y las infraestructuras, y por tanto sus usuarios, que son de una forma u otra todos los españoles. están sufriendo sólo para cumplir unos preceptos económicos neoliberales para los cuales el bienestar de las personas es absolutamente indiferente.
Ahora falta por saber si estos 100.000 millones de euros que se inyectan a los bancos pero que vamos a pagar todos van a calmar la agresividad de los mercados financieros, si estos van decidir atacar otro país, como por ejemplo Italia, o van a intentar hacerse con una suculenta tajada de ese dinero, si no con su totalidad.
Pero es obvio que no será el gobierno quien nos lo aclare, aunque la palabra "confianza" sea la más repetida. Será para no hablar de la palabra "credibilidad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario