La escuela pública está sometida constantemente a una fiscalización social, y eso posiblemente sea bueno y saludable. Pero da la sensación de que la falta de calidad que se achaca al sistema educativo sólo fuera culpa de las escuelas públicas, con independencia de otro tipo de condicionantes.
El problema es que no ocurre lo mismo con sus homólogas privadas. Sería correcto si la financiación de ambas fuera distinta, pero existe la figura del colegio concertado, que está sostenido con fondos públicos. Parece que en los centros privados no es necesaria esa fiscalización, porque la calidad de su enseñanza se da por supuesta, contra toda evidencia.
La mezcla de religión, ideología, negocio y Educación no da buen resultado, pero esto no importa mientras muchas familias no den importancia a qué, quién, cómo o para qué educan los colegios a sus hijos, sino que valoren más quién está sentado a su lado.
A raiz del informe PISA, que se utiliza como ariete para denostar la calidad del sistema educativo español, el paradigma de la educación de excelencia es el sistema educativo finlandés.
Lo que ocultan sistemáticamente es que el sistema educativo finlandés es casi al 100% público. Pero este pequeño detalle al parecer carece de importancia.
Para quien quiera saber más acerca del sistema educativo en Finlandia, aquí está el enlace a la página web de su embajada en España